miércoles, 16 de diciembre de 2015

La burocracia china, tan milenaria como su cultura.

La primer aventura épica que todo extranjero tiene al llegar a China es tramitar su permiso de residencia. Toda persona que ha venido a China a estudiar por un periodo mayor a 6 meses ha sufrido lo que todos nosotros hemos sufrido al venir. 

El problema empieza desde nuestros lugares de origen, en el que reunir los papeles con certificado médico incluido es un martirio. Primero debes hacerte un chequeo en una institución pública, presentas ese papel en la agencia en la tramitarás tu beca, todo para que 5 meses después durante el trámite de tu visa en la ventanilla del consulado te digan que no sirve y que tienes que traer uno nuevo. Ese mismo examen que ya hiciste dos veces, lo tienes que presentar en la Oficina de Asuntos Públicos en donde te darán otro (sí, otro) certificado que tendrás que llevar a la estación de policía más cercana para tener tu residencia. Eso si te va bien, si no agarras a la señorita de la caja en un buen día, tendrás que repetir el examen entero, pagándolo todo claro esta. 

Todo esto ya lo sabemos las personas que hemos vivido acá y hasta hemos desarrollado una coraza exterior para que no nos afecte en nuestro estado emocional, para los nuevos eso es otra historia.  Alguien me decía: "Hasta parece que no quieren que nos quedemos." Y sí, eso parece.

Total que mi historia personal no ha sido tan mala. Como ya sabía esto, ni siquiera me molesté en hacerme todos los exámenes que te piden (siendo el ecocardiograma y la placa del tórax los más caros) y simplemente me traje el segundo examen médico que hice en México. Sólo me pidieron la placa y salió más barato de lo que tenía en mente. Menos de 150 kuais, cuando yo esperaba pagar más de 200. Lo lamentable fue que te dan un papel con una fecha para que los puedas recoger después de un par de días. Con ese nuevo certificado, tenía que ir a mi universidad para que me dieran mis comprobantes de que soy estudiante y que vivo aquí... pero cuando regresé por mis papeles, resulta que la demanda de certificados es abrumadora y no tuvieron el mío a tiempo. Me dijeron que aun así podía ir a mi universidad y pasar por mis papeles y después regresar por mi certificado. El incrédulo de mi persona le creyó y me fui. Al llegar a las oficinas de la uni, me echan para atrás.

Perdí un día entero en eso, también un poco de mi paciencia hacia este país. Pero ¿cómo un día entero? dirán algunos de ustedes. Bueno, resulta que las distancias en la hermosa Hangzhou son un infierno. ¿Pero cómo si todo está alrededor del Xihu? otros argumentarán. Bueno, no todo Hangzhou es el bendito lago. Yo, lamentablemente, vivo lejos del lago y del centro de la ciudad. El transporte de esta ciudad es raquítico (sólo hay dos líneas del metro y están construyendo otra), lo cual hace que un viaje de 8-10 km se convierta en una travesía de más de una hora en el camión.

Regresé con una derrota a mi cuarto, pero al día siguiente me levanté decidido a poder terminar mi papeleo. Misma rutina que el día anterior: ir por el certificado médico, regresar al campus de Yuquan por mis papeles.

Otro día de la siguiente semana me preparé para dejar mis documentos a la estación de policía. Resulta que por estas fechas (Septiembre), todas las estaciones de policía en China se llenan de extranjeros haciendo estos trámites, por lo que es recomendable ir muy temprano para salir lo más pronto posible. En mi caso, mediante la aplicación de Wechat pude hacer una cita para apartar un número en la estación. Aún así tuve que salir a las 6:45 de la mañana para llegar antes de las 8. El proceso dentro de la estación en Hangzhou es el siguiente:

  1. Al llegar al lugar tienes que llenar un oficio. Debes traer tu certificado médico, fotos, pasaporte, papeles de aceptación de la universidad y recibo del lugar donde resides.
  2. Con el oficio y papeles en mano, haces una fila para que te tomen una foto y te den un código de barras.
  3. Con el código y los papeles, pasas al escritorio par que te den un número con el cual te atenderán y recibirán tus papeles.
  4. En una pantalla aparece tu número que te permite pasar con un oficial para entregarle tus papeles. Al terminar tu pasaporte que queda en la estación y te entregan un documento en donde estipula que estás haciendo  en el trámite de la residencia.
 Al terminar todo esto, tienes que esperar un mes para recoger tu pasaporte y pagar 400 yuanes. ¡Nos vemos en un año señores de la estación de policía! (porque acá sólo te daban el permiso de residencia por un año, no más)

Ojalá algún día sea de ayuda a alguien que venga a Hangzhou. Recuerdo que en Xi´an no fue tan engorroso, pero igual fue causa del síndrome del que les platicaba en el artículo anterior, el "extranjero nuevo en China".

miércoles, 9 de diciembre de 2015

De regreso a la normalidad china.

He dejado de lado escribir para todos ustedes porque China me ha obligado a dar, por lo menos, un cambio en mi vida de escritorio. 

La primer semana después de mi llegada a Hanzghou todo seguía solitario para mí. Las cosas más sobresalientes de mi estancia sólo se pueden resumir a salir a comer o comprar frutas, y conocer el campus universitario. 

Un buen día, después de ir a una cafetería a las 7 de la mañana, iba caminando de regreso a mi cuarto cuando me encontré a un chavo con una playera de la selección brasileña. Tomé el riesgo de preguntarle si era brasilero (en estos días cualquiera puede tener la playera de cualquier equipo), y para mi cochina fortuna lo era. 

¡Por fin!, hablamos poco pero fue productivo ya que me preguntó si era yo el mexicano que había puesto una bandera mexicana en el balcón del cuarto... Se me iluminó la cara cuando supe que había, por lo menos, otro mexicano en donde yo vivía. No pude hacer otra cosa que ir a contar el número de cuarto de la bandera para ir a conocerlo. Después de media hora de yerros y yerros, le atiné al cuarto. Lamentablemente lo desperté, pero no lo lamenté ni un segundo. 

Le pregunté sobre varias cosas de la ciudad y de la universidad. Como paréntesis quisiera decir que hay un fenómeno muy particular en las personas que por primera vez están en China y las que ya hemos estado aquí (no importando si sabes chino o no). Cuando vienes por primera vez, crees que tienes un mundo nuevo, te sientes el Colón del siglo XXI y siempre traes cargando tu guía Lonely Planet y tus fráses de supervivencia en un papelito. Todos pasamos por esa etapa, no hay quien se le escape, tan tontos como nos veamos. Quizá, todo lo que lean de mis primeras entradas tengan esa gran carga de asombro.

Y ahora que pertenezco al segundo grupo de extranjeros en China, que ya sabemos como movernos, que aprendimos el idioma al punto de vivir sin problemas y que todo lo novedoso/asqueroso/impresionante/intimidante que alguna vez fue, ahora solamente es un gran: Esto ya lo viví.

Nos volvemos aburridos, por así decirlo. Poco nos sorprende, sabemos a qué huele, a qué sabe, cuánto debe de costar, qué decir, por dónde ir... Es más rápido entrar en una rutina, pero también nos aleja de todas las cosas que nos puedes ofrecer la ciudad en la que estemos.

Terminado el paréntesis, ese mismo día conocí a otra mexicana que estudía aquí y salímos a comer una sopita de pollo que hasta este día, sigue siendo de lo más decente para comer por aquí. El cambio de horario me pegaba duro a las 4-5 de la tarde. Veía el amanecer todos los días, sin internet en mi cuarto ni nadie con quien hablar 20 de las 24 horas del día. Eso sí cala, no estaba acostumbrado a ello. Lo único que me hacía compañía era "The girl with the dragon tattoo" de Stieg Larsson que compré en Seattle (recomendable).

Espero poder ponerme al corriente pronto. Tuve una emergencia que se prolongó durante estos 4 meses, pero ahora la única excusa que tengo para no escribirles es mi propia desidia. 

Les dejo una foto de San Francisco...

Y otra del Xihu en Hangzhou.