Ya paso la primera semana de clases.
Te vas acostumbrando al idioma, ya no resulta tan extraño y poco a poco vas
afinando el oído.
Hemos comido bien, muy barato. En la
universidad hay muchos comedores y todos son enormes, dispuestos a albergar a
los miles de estudiantes del campus. La comida es muy buena en su gran mayoría.
El problema es que es muy grasoso, pero lo he llevado bien. No tienen mucha
carne los platillos y desde luego la base de las mismas es el arroz. Solo que
el sistema que se utiliza aquí para agilizar la venta en el que usas tu tarjeta
de estudiante como tipo tarjeta de debito, le metes dinero y cuando vas por tu
plato solo pasas tu tarjeta encima de una maquina que descuenta el dinero de la
misma.
Pero como aquí en China todo es
diferente, teníamos que averiguar cómo usar la mendiga tarjeta y esa escapada
casi resulto en que firmara un contrato con un banco chino para sacar una
tarjeta (de debito, quizás). Para esto, unos chinos nos dijeron que para
recargar la tarjeta necesitábamos una tarjeta de un banco y hacer los
depósitos, por eso fuimos a la aventura de sacar una tarjeta. Ya había llenado
el formulario y hasta vienen traducciones en ingles, pero desde luego que son
muy mal hechas, por lo que con la ayuda de un chavo local nos dimos cuenta que
podíamos recargar con efectivo la tarjeta donde la habíamos sacado. De la que
me libre, Uf!
En cuanto a todo lo demás, tengo que
decir que ya jugué mi primer partido de ping pong con un nacional, no llevamos
marcador ni fue nada oficial, pero es una gran hazaña, para la posteridad.
Digo: quien puede presumir que ha disputado un partido de ping pong con un
chino en China? Es un club muy selecto, jaja.
En el mismo partido, a nuestro amigo
boliviano Alfredo le pusieron su nombre en chino, una traducción fonética que
suena así: Ya Fu Ye. Jajajaja, tan cabula el muchacho hasta en China...
Seguimos siendo el centro de
atención de las miradas a donde quiera que vayamos. Camiones, restaurantes,
locales...
La convivencia con los muchachos del
edificio está muy bien. Cada vez conocemos más gente de mas lugares. Ayer en la
fiesta en el piso 3 de los dormitorios, conocí a dos chicas coreanas que
bautizamos Julia y Denise, una tailandesa que vive en el gabacho y ama a los
mexicanos. Gran suerte para nosotros, jaja. Quedamos de que nos llevaría a
comprar verduras y las cosas necesarias para hacer comida mexicana.
Hemos tenido experiencia de estar en
los bancos y cambiar dinero, nos atienden muy bien. Procesos burocráticos por
todos lados, normales para los extranjeros supongo. Al llegar aquí, el buro de migración nos pide que tramitemos
la residencia que cuesta 400 元 , pero es la escuela quien te da
todos los papeles y tu solo vas a la estación de policía a entregar todo. Aun
no he terminado con ese trámite.
Poco a poco no estamos adaptando
mejor a la vida aquí, lo mas fuerte a lo que me he enfrentado a parte del
idioma es el calor. Hace mucho calor y es húmedo. Si ustedes creían que Tlaloc
es bipolar, deberían de conocer al dios chino de la lluvia...
Extrañar casa? No. No se puede. No
solo por el hecho de que todo es novedad, sino que el mundo es abierto,
empezamos siendo nómadas. Migras para que te vaya mejor, esperas lo mejor del
nuevo lugar que te recibe. Y así cada vez que cambias de latitud. Adaptar e
integrarte a un lugar ajeno al tuyo es uno de los más grandes éxitos que un ser
humano puede tener, como cuando ves fuego frente a ti en una noche en el
bosque. No sé que pase en mi país, me entero solo de lo esencial ahora. Pero
aquí está todo bien. Yo estoy bien, Ricardo lo está. Me tuve que enterar por
medio de los familiares de Ricardo que tembló en Yunnan (que está en el sur de
China) y hubo muchos muertos. En realidad estamos fuera de todo.
Ayer abrimos una de las botellas de
tequila que traje, pusimos canciones típicas de México: los Tigres del Norte,
Chavela Vargas, Vicente Fernández, José Alfredo Jiménez, Juan Gabriel y el
Mariachi Vargas se escucharon anoche en nuestro cuarto, nuestra pequeña
embajada en Xi'an.
Es una gran experiencia estar acá,
todo lo ves diferente: compra tu comida, tus frutas, tu leche, galletas,
tazones, tazas, agua... Todo. Es como ir de la niñez a ser adulto en semana y
media. Es genial.
El mundo tiene que ser como un
edificio en el que vivo. Debería ser un ejercicio interesante meter a los
líderes mundiales en una casa en un pueblo apartado y ver como se llevan
después de 3 semanas. Sería muy diferente el cantar.
Ya aprendí el grito de guerra
coreano para beber, a ver qué otras cosas se me pegan en el camino. Que
experiencia me ando aventando...
Saludos desde 西安。
Una persona a la que aprecio mucho estará becado en Xian por un año para perfeccionar su chino. Él parte este 16 de Septiembre del D.F., a diferencia tuya (debido a su escaso interés en el internet) no podrá compartirnos mucho de lo que viviráa por allá. Por ello encontrarme con tu blog gracias al Instituto Confucio me hizo muy feliz para conocer un poco de lo que él verá. Gracias por escribir y compartir tus historias :)
ResponderEliminarEsta canción se la dedicaré un día antes de que se vaya, te la comparto como agradecimiento:
http://www.singchinesesongs.com/sing.php?singid=190
Seguiré leyéndote de aquí en adelante.
Yo habia decidido no responder ningun comentario, para tener esta distancia entre lectores y escritor. Algo muy mio. Pero contigo hare una excepcion, debido a lo que me has dicho. Hare un esfuerzo para describirte mas la ciudad y la gente, jajaja. Esta muy padre. Es muy seguro. Es muy poblado. En fin... Gracias. Nos leemos despues.
Eliminarx fin abriste la botella!
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