sábado, 27 de abril de 2013

Viaje a 平遥 y 北京。Pt. 1



Sábado 27 de abril del 2013.
Para David Rubio.

Hola chicuelos, he estado demasiado ausente pero por fin encontré la suficiente inspiración para escribir algo.
Si mi memoria no es mala, no les he contado nuestro viaje por 平遥(Pingyao) y 北京(Beijing).
Todo empezó cuando nos enteramos que tendríamos dos meses de vacaciones en invierno, así es ¡dos meses! Entonces decidimos irnos a la capital y mi querido amigo Xabier sugirió que fuéramos de paso a Pingyao. En un principio, mi amigo Chuck iba a pasar a visitarme debido a la cercanía, él estaba estudiando en ese tiempo en Corea del Sur y quedamos en pasar año nuevo juntos en China, casual ¿no?

Por contratiempos y mala información de nuestra querida embajada en Seúl (raro que las embajadas anden atolondradas...) no se pudo concretar el encuentro; aun así nuestro viaje seguía en pie.

Esta vez solo estábamos en la lista 3 para hacer el viaje: Xabier, Ricardo y yo. La manera más conveniente para viajar dentro de China es el tren. En una noche entera puedes estar en Beijing saliendo desde mi querida e infame Xi´an. Los boletos de tren siempre se tiene que comprar con 10 días de anticipación (y recalco el siempre, si ustedes algún día vienen y quieren viajar en tren recuerden mi consejo: 10 días antes), esto debido a que precisamente son 10 días en los que los boletos están a la venta y si los compras el mismo día que salen a la venta conseguirás lo que quieres, de lo contrario puede que te lleves una mala pasada (¿recuerdan lo que nos pasó en Cheng Du?).

Precisamente los 10 días de anticipación de nuestro viaje caía en  1° de enero. Ustedes creerán que no debería de haber problema mayúsculo, quizás que nos encontremos que pocos puntos de venta estén abierto por eso de ser año nuevo. Pues no, nuestro mayor problema fue que parrandeamos el 31, hacía un frío de la tostada y no habíamos dormido nada. Pues ahí nos ven: caminando hacia la ventanilla de boletos más cercana a nuestra universidad a las 8 A. M. (aproximadamente unos 10 minutos caminando), chupando frío a lo buey, maldiciendo todo lo que veíamos y exhaustos. 


Como los grandes héroes de las tragicomedias, salimos avante y llegamos a nuestro destino solo para descubrir, dolorosamente, que la venta de los boletos de nuestro destino empezaría a las 10:30... No les puedo describir nuestro sentimiento de frustración y decepción.  Por lo tanto, nos tuvimos que ir a un puesto de comida rápida llamada Subway para esperar dos horas y comer algo.
Seguíamos maldiciendo la vida por nuestro infortunio, comimos, intentamos salir de nuestro deplorable estado sin conseguirlo y finalmente compramos los boletos.

Al mismo tiempo que haríamos este viaje, varios amigos se regresaban a casa o continuaban su viaje hacia otros lares. Fue el caso de dos personas: una amiga de Polonia que iba a Alemania a hacer sus prácticas en BMW y la otra era la pareja rumana-australiano que iban a Australia a seguir estudiando. De la primera persona me despedí antes de hacer el viaje a Beijing y los otros dos fue en Beijing.

Todavía en Xi´an pasamos el cumpleaños de Xabier, 10 de enero y ese mismo día partimos hacia Pingyao (aproximadamente 11 horas de aquí). Debo decir que yo estaba "volando" en fiebre, ese mismo día me atacó una gripa muy fuerte. Así que creo que puedo agregar una cosas más que he hecho en este fantástico país: ir en tren con fiebre. No fue la mejor de mis noches, me levantaba cada hora a beber algo de agua e ir al baño. Llegamos a las 5 de la mañana a Pingyao.


Ahora ustedes se preguntarán: ¿qué diantres hay en Pingyao? Bueno, les ahorro un poco la ida a Wikipedia diciéndoles que esta ciudad (¿pueblo?) ancestral es la mejor conservada en toda China (y probablemente del mundo). Es un pequeño pedazo de 2700 años de historia famosa por ser el centro financiero de la dinastía (Qing). El centro de la ciudad es como ver películas (que no recuerdo ahora alguna), los techos, los comercios, las torres de vigilancia, los muebles te remiten a ese tipo de escenas (aunque debería ser al revés, las películas te deberían remitir a Pingyao); sin embargo no fue del todo placentero estar allá. La razón es que es lo mismo por todos lados y hacía un frío seco del demonio. 

Tienes la posibilidad de comprar un boleto de museo que es válido por dos días para visitar toda la ciudad, pero si entras a una sola casa ya conociste todo lo demás. Muchos de ustedes dirán que no importa, lo importante fue estar ahí y quizás tengan razón, pero no se puede todo en la vida muchachos.

Nosotros sabíamos que el frío sería un factor muy importante, yo aún tenía gripa y el primer día en Pingyao me tuve que resguardar en el cuarto de hostal para poder seguir los días siguientes. Y si no mal recuerdo, la máxima era -1 y la mínima -15 y para hacerlo un poco más dramático: viento.
Aquí en Pingyao tuve la oportunidad de comprarme un tipo de calzado chino antiguo, que es hecho de lana especialmente para el frío, son muy cómodas, baratas y sí te hacen el paro. También tuvimos la oportunidad de comprar carne de burro. Eran rebanadas estilo roast beef y no son nada del otro mundo. Compré muchas cosas en Pingyao sobre todo adornos que tengo colgados en  mi cuarto.

Hasta aquí la primera parte del viaje. 

1 comentario:

  1. Primo, que gusto leerte de nuevo, ¡pasó mucho tiempo!, seguro tendrás muchos detalles, que ahora te parecerán nimiedades y irrelevantes, pero estoy seguro que llenarán tu mente por años y años.

    Te mando un abrazo

    ResponderEliminar