miércoles, 18 de mayo de 2016

El juego más hermoso del mundo.

Querido lector: Si usted considera que la pasión derivada del deporte es algo que sólo las bestias y los "nacos" sienten, le sugiero que mejor vaya a leer un periódico o vea al señor Dóriga hablar sobre sus cuates. 

Yo ya había dedicado una entrada al fútbol (http://peyozaichina.blogspot.com/2012/08/una-cascarita-en-china.html), hoy le volveré a hacer el honor. No siendo suficiente esto, le pediré también que cuando lo lea, imagine que está escuchando "El color de Faitelson", a ver qué tal sale.

Era una tarde de domingo, la lluvia no dejaba de caer, pero eso no impedía que los aficiandos se dieran cita en el colóso de Huanglong. 

Las porras llegaban a un estadio semivacío, las familias locales vestidas todas de verde. Desde Beijing llegaba el Guo´an listo para llevarse los 3 puntos. Los "verdes", contra pronóstico intentarán una hazaña. Hazaña que hasta el minuto 64 parecía factible.

En las tribunas parecía todo normal. No hay gritos fuera de los normales; pero hoy hay una diferencia... desde muy lejos vinieron unos aficionados no muy comunes. Brasil, Estados Unidos, Colombia, Bulgaria, México estaban presentes en el estadio.

"¡Eso es mano, cab#$%!", "¡Pu#$% que pario!". Sí, la extrañeza de miles al escuchar portugués y español al unísono reclamarle al silbante su escasez de agudeza visual al no señalar un penal a favor de los locales. 

Hoy no será un partido más, ni será un día común en el ambiente oriental. Los latinos han llegado con todo el sabor que sólo nosotros tenemos. 


Los "verdes" perderán una vez más, pero desde ahora, siempre quedará el recuerdo de aquellos seres ajenos al ambiente futbolero nacional que han traído, con mucha energía, la gloria que caracteriza al juego más hermoso del mundo.


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