miércoles, 19 de agosto de 2015

El Tíbet 2

Durante el tercer día en Lasa teníamos planeado 3 actividades importantes: comer alguna especialidad local, visitar el Palacio de Potala y conocer la residencia de Norbulingka.

La comida de cada región tiene que estar acorde al estilo de vida de los locales, en el caso particular del Tíbet al ser una zona con una altitud notable, la comida tiene que proporcionar grandes cantidades de grasas. Gracias a esto, tenemos que la comida está basada en el Yak.

La carne y la leche de Yak es muy grasosa, es un animal (supongo) pariente de la res que nosotros conocemos. Entonces tenemos curry de Yak, leche de Yak, mantequilla de Yak, abrigos de Yak... creo que entienden el punto. El restaurante a donde nos llevaron era en un segundo piso y estaba lleno de lugareños. Las mesas eran cuadradas y había bancas para que se sentaran dos o tres personas, los platillos ya eran personales (algo nuevo en China [aunque muchos tendrán sus discrepancias a que sea China y tienen razón]). Lo que ordenamos fue el curry con carne de Yak y de tomar la famosa exquisitez té de mantequilla.

¿Leyeron bien? Sí, té de mantequilla. Al ser 6 personas se nos hizo fácil pedir un termo grande de la bebida, creyendo que tendría ese buqué rico que suelen tener las cosas hechas con mantequilla y que a su vez que fuera dulce. Craso error. Seguramente es mucho más elaborado de lo que voy a describir, pero yo solamente saboreaba agua y mantequilla caliente. Imaginen que ponen agua a calentar y se les ocurre echarle una o dos barritas de mantequilla hasta que se derritan y deciden por casualidades de la vida, beberla. Una pequeña taza nos bastó a cada quien, mientras que la carne tenía mucha grasa y venía acompañada de una porción de arroz.

Al terminar el desayuno nutritivo, era tiempo de visitar el Palacio de Potala.

Palacio de Potala
Podala es el centro político, religioso y social del Tíbet. Los reyes tibetanos aquí tuvieron su residencia y los Dalai Lama posteriormente también tuvieron su residencia en este Palacio. Del interior sólo tengo recuerdos, les recuerdo que las fotos en el interior de los inmuebles está prohibida. Describir el interior es muy conflictivo para mí, las palabras no me alcanzarían para ello. En primera porque no le haría justicia artística a las cosas que hay ahí dentro; en segunda porque lo que veía, escuchaba y olía estaba estrechamente ligado a lo que sentía.

El interior de Potala está lleno de reliquias de oro y piedras preciosas, esculturas de Buda, elefantes tan llenas de colores. Así mismo, los murales que hay en cada pared, relatando las principales enseñanzas y cosmovisión del budismo tibetano (el hombre es el hermano no pecador del mono, o el mono es el hermano pecador del hombre. Quizá de aquí salió el célebre personaje del Rey Mono). En las habitaciones donde hay algún altar para rezar /meditar se encuentra una campana en el dintel de la puerta y al cruzar tienes que tocarla 3 veces.

Pudieras estar en el lugar una semana entera y no te darías cuenta del transcurso del tiempo, se respira quietud y paz; pero los chinos quieren que te apures así que cada persona tiene alrededor de media hora para terminar el recorrido y te sellan con boleto y pasaporte en mano tu hora de entrada y salida. Si se te ocurre pasarte del permiso que te han dado, nos contaba la guía que te pueden expulsar sin aviso del Tíbet.

Vista de Lasa desde Potala

Saliendo del Palacio fuimos a la residencia de Norbulingka. Esta residencia, nos contaba la guía, que era un lugar donde el rey de Tíbet y posteriormente el Dalai Lama lo usaban como casa de verano y retiro. Para la historia de China y el Tíbet moderna, resulta ser el lugar donde se concretó la entrevista entre Mao y el Dalai Lama para definir el desinto de Xizang.

Entrada de Norbulingka
Todo el lugar se encuentra lleno de simetría, pero es espeluznante el arte y la luminosidad del santuario. Murales, pinturas, muebles y ropa que denotan una dedicación religiosa (en el sentido de hacer algo siendo extremadamente dedicado) tan fuerte. Nosotros estamos llenos en las escuelas de arte Occidental, pero es increíble que dejemos de lado más de la mitad de otro mundo. Es como ver o escuchar por primera vez aquella pintura o canción que nos ha conmovido tanto que no sabemos explicar y no único que nos queda es callar y admirar.

Uno de los jardines de Norbulingka
Estas partes de la redacción son muy difíciles para mí, porque no hay nada en lo que me pueda apoyar mas que en eufemismos. Y así fue gran parte de mi estancia en esta tierra. Todo lo puedo resumir en un: debes ir.

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