sábado, 8 de septiembre de 2012

周末 Fin de semana.



Sábado 8 de septiembre.
Ya paso la primera semana de clases. Te vas acostumbrando al idioma, ya no resulta tan extraño y poco a poco vas afinando el oído.
Hemos comido bien, muy barato. En la universidad hay muchos comedores y todos son enormes, dispuestos a albergar a los miles de estudiantes del campus. La comida es muy buena en su gran mayoría. El problema es que es muy grasoso, pero lo he llevado bien. No tienen mucha carne los platillos y desde luego la base de las mismas es el arroz. Solo que el sistema que se utiliza aquí para agilizar la venta en el que usas tu tarjeta de estudiante como tipo tarjeta de debito, le metes dinero y cuando vas por tu plato solo pasas tu tarjeta encima de una maquina que descuenta el dinero de la misma.
Pero como aquí en China todo es diferente, teníamos que averiguar cómo usar la mendiga tarjeta y esa escapada casi resulto en que firmara un contrato con un banco chino para sacar una tarjeta (de debito, quizás). Para esto, unos chinos nos dijeron que para recargar la tarjeta necesitábamos una tarjeta de un banco y hacer los depósitos, por eso fuimos a la aventura de sacar una tarjeta. Ya había llenado el formulario y hasta vienen traducciones en ingles, pero desde luego que son muy mal hechas, por lo que con la ayuda de un chavo local nos dimos cuenta que podíamos recargar con efectivo la tarjeta donde la habíamos sacado. De la que me libre, Uf!
En cuanto a todo lo demás, tengo que decir que ya jugué mi primer partido de ping pong con un nacional, no llevamos marcador ni fue nada oficial, pero es una gran hazaña, para la posteridad. Digo: quien puede presumir que ha disputado un partido de ping pong con un chino en China? Es un club muy selecto, jaja.
En el mismo partido, a nuestro amigo boliviano Alfredo le pusieron su nombre en chino, una traducción fonética que suena así: Ya Fu Ye. Jajajaja, tan cabula el muchacho hasta en China...
Seguimos siendo el centro de atención de las miradas a donde quiera que vayamos. Camiones, restaurantes, locales...
La convivencia con los muchachos del edificio está muy bien. Cada vez conocemos más gente de mas lugares. Ayer en la fiesta en el piso 3 de los dormitorios, conocí a dos chicas coreanas que bautizamos Julia y Denise, una tailandesa que vive en el gabacho y ama a los mexicanos. Gran suerte para nosotros, jaja. Quedamos de que nos llevaría a comprar verduras y las cosas necesarias para hacer comida mexicana.
Hemos tenido experiencia de estar en los bancos y cambiar dinero, nos atienden muy bien. Procesos burocráticos por todos lados, normales para los extranjeros supongo. Al llegar aquí,  el buro de migración nos pide que tramitemos la residencia que cuesta 400 , pero es la escuela quien te da todos los papeles y tu solo vas a la estación de policía a entregar todo. Aun no he terminado con ese trámite.
Poco a poco no estamos adaptando mejor a la vida aquí, lo mas fuerte a lo que me he enfrentado a parte del idioma es el calor. Hace mucho calor y es húmedo. Si ustedes creían que Tlaloc es bipolar, deberían de conocer al dios chino de la lluvia...
Extrañar casa? No. No se puede. No solo por el hecho de que todo es novedad, sino que el mundo es abierto, empezamos siendo nómadas. Migras para que te vaya mejor, esperas lo mejor del nuevo lugar que te recibe. Y así cada vez que cambias de latitud. Adaptar e integrarte a un lugar ajeno al tuyo es uno de los más grandes éxitos que un ser humano puede tener, como cuando ves fuego frente a ti en una noche en el bosque. No sé que pase en mi país, me entero solo de lo esencial ahora. Pero aquí está todo bien. Yo estoy bien, Ricardo lo está. Me tuve que enterar por medio de los familiares de Ricardo que tembló en Yunnan (que está en el sur de China) y hubo muchos muertos. En realidad estamos fuera de todo.
Ayer abrimos una de las botellas de tequila que traje, pusimos canciones típicas de México: los Tigres del Norte, Chavela Vargas, Vicente Fernández, José Alfredo Jiménez, Juan Gabriel y el Mariachi Vargas se escucharon anoche en nuestro cuarto, nuestra pequeña embajada en Xi'an.
Es una gran experiencia estar acá, todo lo ves diferente: compra tu comida, tus frutas, tu leche, galletas, tazones, tazas, agua... Todo. Es como ir de la niñez a ser adulto en semana y media. Es genial.
El mundo tiene que ser como un edificio en el que vivo. Debería ser un ejercicio interesante meter a los líderes mundiales en una casa en un pueblo apartado y ver como se llevan después de 3 semanas. Sería muy diferente el cantar.
Ya aprendí el grito de guerra coreano para beber, a ver qué otras cosas se me pegan en el camino. Que experiencia me ando aventando...
Saludos desde 西安。

3 comentarios:

  1. Una persona a la que aprecio mucho estará becado en Xian por un año para perfeccionar su chino. Él parte este 16 de Septiembre del D.F., a diferencia tuya (debido a su escaso interés en el internet) no podrá compartirnos mucho de lo que viviráa por allá. Por ello encontrarme con tu blog gracias al Instituto Confucio me hizo muy feliz para conocer un poco de lo que él verá. Gracias por escribir y compartir tus historias :)
    Esta canción se la dedicaré un día antes de que se vaya, te la comparto como agradecimiento:
    http://www.singchinesesongs.com/sing.php?singid=190

    Seguiré leyéndote de aquí en adelante.

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    1. Yo habia decidido no responder ningun comentario, para tener esta distancia entre lectores y escritor. Algo muy mio. Pero contigo hare una excepcion, debido a lo que me has dicho. Hare un esfuerzo para describirte mas la ciudad y la gente, jajaja. Esta muy padre. Es muy seguro. Es muy poblado. En fin... Gracias. Nos leemos despues.

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